Ramas Artesanales
Ramas Artesanales
Fibras Vegetales
El trabajo con fibras vegetales tiene una raíz muy antigua en nuestro país. El arte de tejer las fibras vegetales como la palma, vara de sauce, carrizo, jonote, mimbre, bejuco, entre otros, surge como una necesidad, donde se aprovecha lo que el entorno natural ofrece. Uno de los aspectos que sorprende de esta labor es su fácil adaptación a la vida de cada generación, la cual depende más de la habilidad de tejedor y sus conocimientos del material que de su fuerza. Así, tenemos que se pueden elaborar objetos utilitarios como cestos, canastas, sombreros, bancos, tapetes y bolsas, hasta productos decorativos como figuras de animales tejidas y miniaturas de uso en joyería. Las fibras vegetales se embellecen aún más cuando se emplean tintes naturales para su pigmentación en colores rojos, verdes, cafés o amarillos.
La cestería es nada menos que el arte de tejer sin necesidad de hilar previamente la fibra. Ese sería uno de los principios básicos para la fabricación de canastas, sombreros, cestos y tapetes, entre otros. Aquí la noción de técnica es muy variable, pues tienen que tomarse en cuenta las características de la fibra según los lugares donde habitan los tejedores. Aunado a ello, hay que señalar que pocas herramientas se han incorporado al trabajo de los artífices de esta rama. La herramienta principal continúa siendo la mano del hombre, ayudada por un punzón, una cuchilla o una navaja, instrumentos simples cuyo manejo requiere de una importante destreza. Otro elemento es el agua, que sirve para remojar y ablandar las fibras y así facilitar el trabajo de la fibra que va tejiéndose a placer y creatividad de los tejedores.