Recurso Histórico-Cultural

Hornos de Cal, Tequixquiac

Atractivos históricos

A finales del siglo XIX, el entonces presidente de la República mexicana, Porfirio Díaz, tomó la decisión de culminar las obras del desagüe de Ciudad de México, ya que las inundaciones eran constantes. Por esta razón, el ingeniero Luis Espinosa retomó el proyecto propuesto en 1607 por Enrico Martínez de construir un túnel que desembocara en el río entre Zumpango y Tequixquiac.

Así comenzaron dichas obras, para las cuales la empresa responsable, Read & Campbell, construyó tres hornos en los terrenos aledaños —dos de cal y otro de ladrillo tipo Hoffman— ya que la cantidad de material necesario para el revestimiento del túnel era enorme, por lo que a la compañía convino invertir en colocar dichos hornos para la producción exclusiva de materiales.

Cabe mencionar que, durante las excavaciones del túnel, se encontraron diversas osamentas de fauna del Pleistoceno, entre ellos caparazones de gliptodonte, huesos de mamut y, el más importante, el llamado Hueso Sacro de Tequixquiac.

Finalmente, dicho desagüe fue inaugurado el 17 de marzo de 1900. En la actualidad, el municipio de Tequixquiac conserva los vestigios de los hornos de cal y la chimenea del entonces horno de ladrillo tipo Hoffman; de este último tipo de horno se tiene razón de la existencia de únicamente dos en todo el continente americano.