En el Estado de México, tenemos el privilegio de contar con una construcción impresionante que te sorprenderá: el Acueducto del Padre Tembleque, construido entre 1555 y 1572, por el padre Francisco de Tembleque, con el fin de llevar agua limpia a los indígenas.
Cuando lo visites, entenderás por qué la UNESCO lo designó Patrimonio de la Humanidad, pues además de ser imponente por sus dimensiones (la arquería principal del acueducto alcanza una altura de 39.65 metros y sus arcos centrales se elevan 33.84 metros), está rodeado por un bello paisaje magueyero.
Además, si pones atención, podrás ver grabados indígenas sobre las arquerías de Tecajete y Tepeyahualco; hay símbolos como chimalli (escudo), calli (casa), pantli (bandera) y acatl (caña).
¡No pierdas la oportunidad y admira la grandeza de nuestro legado mexiquense!