Recurso Histórico-Cultural

San Miguel Hila, Nicolás Romero

Atractivos históricos

La fuerza de sus afluentes hizo posible que en el pueblo de San Miguel Hila se construyera una de las primeras plantas hidroeléctricas de México, Tlilán. La ingeniería de un personaje como Miguel Ángel de Quevedo y el patrocinio de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Lana San Ildefonso permitieron que la potencia de sus aguas se magnificara para literalmente dar luz a la región, desde 1899.

El nombre proviene de Tlilán, pues así se llamó la región en la época prehispánica cuando las estirpes otomíes y nahuas que se conjugaron ahí hicieron del lugar un centro ritual de sanación y reflexión. Le decían Tlilán, "lugar de la oscuridad", donde trabajaban los sanadores del alma, los sacerdotes del espíritu; con el tiempo les llamaron brujos. Había quienes decían que se debió al uso de antorchas cuando de noche los trabajadores venían de las fábricas aledañas; pero era algo más, era su historia, su pasado prehispánico que no dejaba de estar presente, así como ayer, como hoy: son los hombres que sanan.

Con el tiempo Tlilán devino en Hila, lugar de luz, cuando el río produjo el artificio de la energía eléctrica, la chispa.   

La palabra tlilán derivó en hilán y luego, con la llaneza del lenguaje, Hila tomó como santo patrono a San Miguel Arcángel, al que se celebra el 29 de septiembre, cuando en la región está por cerrarse el ciclo del maíz, caerán las primeras heladas y vendrá la cosecha de la socorrida mazorca.