En el centro histórico de Lerma se encuentra la Parroquia de Santa Clara de Asís, cuyo templo principal fue fundado a inicios del siglo XVII, según lo determinan los Títulos de la ciudad de Lerma y su fundación, como un requisito indispensable para el asentamiento de la nueva urbe.
Esta construcción fue intervenida, a finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, siguiendo los tratados de Palladio y la obra de José María Gómez, según lo explica el historiador Carlos Alfonso Ledesma. De esta manera, el Templo de Santa Clara se convirtió en uno de los mejores ejemplos del estilo neoclásico en el Valle de Toluca. El templo se caracteriza por la sobriedad de sus trazos, la monumentalidad de sus elementos, sus pilastras, la magnífica ventana coral, además de los modelados en argamasa que le otorgan un ornato discreto a su fachada, coronada por una monumental torre de tres cuerpos y rematada por un reloj de cuatro caras, inaugurado en septiembre de 1910.
En su interior alberga siete retablos neoclásicos de madera y un ciprés de cantera que funge como altar mayor, atribuido al ingeniero Anselmo Camacho. Además, en la nave principal se encuentra el acceso a una capilla anexa bajo la advocación de la virgen de Guadalupe, la cual data de mediados del siglo XVIII y tiene en el ábside otro maravilloso retablo neoclásico.