En 2010, la Unesco declaró el Camino Real de Tierra Adentro parte del patrimonio cultural de la humanidad.
Este antiguo camino cuenta con 25 kilómetros de tramo, de los cuales 800 metros son de tramo virgen, que alcanza hasta 26 metros de ancho. Sus ramales atraviesan todo el municipio; esta característica lo diferencia de otros lugares que cuentan con dicho nombramiento. Durante la época colonial, fue la vía de acceso obligatorio para quienes transitaban por el país. A través de este camino se comerciaba maíz, pulque, ganado, minerales y metales. Además, era el lugar de paso y descanso para los arrieros y sus mulas de carga.
Este viejo camino no sólo permitió trasladar mercancías, también favoreció el intercambio cultural e ideológico, enriqueciendo a los pueblos que tocaba. De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, se trata de la espina dorsal del México novohispano.